En la noche densa de la selva urbana, se escucha el murmullo de una tribu. Eran devora hombres.
Una especie de ritual iniciativo en la que alguien sera transhumado. Yo soy el sacrificio. Estoy amarrado a un banco, en la hoguera.
Un caza cabezas con manos delicadas, se acerca. Por el penacho, el aspecto sereno e imponente, presumo que es el jefe.
Se sonríe, me ofrece una figura humanoide hecha a base de Melón. La acepto no se si con terror o curiosidad.
Cierro los ojos para no ver lo que sucederá a continuación. Escucho todo a mi alrededor, el latido precipitado de mi corazón, las respiraciones excitadas de los demás, los pasos del caza cabezas que se aleja, percibo el humo y el olor a tabaco. Pronto todo terminará, será un fin inesperado.
Por el silencio de los demás caza cabezas, se podía pensar que solo el jefe sabía lo que allí ocurriría. Como si lo que vendría fuese totalmente improvisado.
Un grito salvaje rompe el silencio.
Inmediatamente, se escucha un inquietante temblor de tambores, así un alegre musitar de saxofón.
Herbert Jeffrey, y los caza cabezas se hicieron inmortales, El humanoide de melón, se volvió estandard.
Nadie en la Hoguera, podrá olvidar aquella noche.
Muy interesante! Casualmente, hace poco toqué esa canción con una banda de músicos profesionales en una muestra de bajistas, y ell saxo se llevó todos los aplausos. Abrazos!
Wow, interesante. Ni idea de tus habilidades musicales; es maravilloso saber que una amiga escritora también es músico. Espero que algún día subas un video o un Mp3 para que podamos deleitarnos con tu música.
Abrazo y felicidades.
Muchas gracias! Soy principiante, tengo que estudiar más! Pronto compartiré algún video con mis amigos lectores. Abrazos, nos seguimos leyendo amigo!